Los Monos son divertidos, bromistas, tienen al niño interior jugando fuera con todos los que lo rodean, su magia trasciende edad, cargo, apariencia o estudios, se conectan con otros desde el juego y sacan lo mejor de cada uno. Son realmente de otro planeta y tratar de encajar en este los hace sufrir mucho. Son muy responsables, aunque no lo parezcan, o mejor dicho con las cosas que ellos consideran de importancia.

Son fieles y aman con intensidad. De gran inteligencia, se dan cuenta fácilmente cuando les mienten. 

Tienen mucho magnetismo cuando son auténticos ya que todos quieren estar al lado de un mono de buen humor.

Un Mono que está en desequilibrio vive detrás de una máscara, no le gusta que lo expongan, quiere controlar los hilos desde atrás. Se ocupan de cosas que no deberían e intentan cuidar de todos tratando de sanar su sufrida infancia, donde papá/mamá quizás los abandono, o los reprimió. Sanar su niño interior y recuperar la felicidad perdida es una necesidad de vida o muerte, sino se enferman. Victimas

Los Perros son los mejores amigos, no reclaman porque están tan seguros de su propio amor que no necesitan la aprobación de los demás para sentirse amados. Logran conectar con el amor infinito desde la fuente y entienden el lugar que cada compañero ocupa en su camino. Aceptan a todos porque se aceptan a ellos mismos. Son excelentes consultores porque pueden ponerse fácilmente en el lugar del otro y jamás se traicionan ni traicionan a nadie.

Logran que cada ser que está cerca de ellos se sienta especial y amado, pueden aprender de cada situación que el otro viene a mostrarles. Todos quieren estar cerca de un perro, porque vibran en la frecuencia del amor y eso produce miles de milagros a su alrededor. Entiende que todos somos únicos y que somos parte de un plan superior que necesita de todos nosotros.

Un Perro que está en desequilibrio es celoso y rencoroso, se siente siempre traicionado y no querido. No deja que el amor fluya en forma natural y hace cosas por los demás para que lo acepten y lo quieran, sin darse cuenta que todo es reflejo de su propia falta de cariño a él mismo.